TRABAJO:
PETROGLIFOS EN MAZINGA
PRESENTADO POR:
YANIRIS ISABEL HERRERA AMAYA
PRESENTADO A:
JUAQUIN VILORIA DE LA HOZ
FACULTAD DE HUMANIDADES
ANTROPOLOGIA
UNIMAGDALENA
2011
PETROGLIFOS EN MAZINGA.
“aproximadamente 7000 años antes de Cristo se inicio en Colombia un periodo caracterizado por un clima más templado; este cambio afecto todos los aspectos ecológicos y junto con ellos, las formas particulares de adaptación humana, aun mundo en lenta transformación”[1].
Podemos decir que los petroglifos encontrados en Mazinga[2] son de la etapa formativa de unos 4000 años a.C. elaborado por la cultura Bonda y Mazinga descendiente de los Tairona, que se encontraban en este sector.
En el artículo de Joaquín Viloria Santa Marta: Ciudad Tairona, Colonial y Republicana (2008), podemos observar los diferentes procesos que la ciudad de Santa Marta tuvo durante el desarrollo de la población, aunque la guerra de los españoles y los indígena duro aproximadamente un siglo, de una lucha entre soldados españoles enfrentaron a los aguerridos indígenas oriundos de los pueblos de Jeriboca, Bonda, Mazinga, Durama, Origua, Dibókaca, Doana, Masaca y Chengue.
Esta etapa de desarrollo cultural como cualquier otra, no está restringido estrictamente en tiempo y espacio, sino forma un largo proceso desde fines de la etapa arcaica, que pertenece a un ambiente pleistoceno tardío, hasta el periodo de cazadores de presas menores, de pescadores, recolectores, que en ocasiones combinaba estas actividades con la agricultura y la vida sedentaria, ya en condiciones climáticas parecida a las actuales la duración total de esta etapa, que con la llegada de los republicanos las dinámicas cambiaron y los indígenas se vieron obligados a cambiar de sectores, y se convirtieron nómadas durante este recorrido podemos ver petroglifos donde cuenta su historia.
Los petroglifos en Colombia se encuentran distribuidos por todo el territorio, y parecen estar más ampliamente difundidos que las pictografías.
En atlántico en el municipio de turbará, en san Juan Nepomuceno en Bolívar y en el resguardo indígena yuco en el cesar. (Manual de arte rupestre de Cundinamarca. (pág. 28).
En los cauces del ríos y quebradas de la región Andina, en muchos municipios de Antioquia en la zona cafetera de caldas, Quindío y Risaralda.
En los departamentos de caldas y Nariño algunos sitios siguen siendo lugares sagrados para los indígenas y comunidades campesinas que mantiene sus tradiciones ancestrales.
La vertiente occidental de la cordillera oriental en Cundinamarca posee una gran cantidad de petroglifos, grabados sobre bloques erráticos de roca arenisca.
En la Amazonia y Orinoquía, en el cruce de muchos ríos. La época de sequía hace descender las aguas es posible observar miles de trazos grabados, como los de la piedra y la Araracuara en el río Caquetá, que los indígenas Witoto interpretan como recuerdo de sus antepasados míticos. También se puede observar en algunas paredes rocosas en el encanto cerca de Florencia (Caquetá), o en rocas aisladas en el caudal del río guayabero (Guaviare) y en Vichada sobre el río Orinoco.
Desde la zona arqueológica de san Agustín al sur del departamento del Huila y durante el recorrido del departamento del valle que forma el alto río del magdalena. Hacia el norte se presenta una gran cantidad de rocas con grabados que han venido siendo reseñados desde mediados del siglo XIX cuando la comisión corográfica elaboró el primer levantamiento de la famosa piedra pintada de Aipe.
En la Costa Caribe se conocen los de la Sierra Nevada de Santa Marta en medio de una región actualmente habitada por comunidades indígenas, koggi, aruacos, arsarios, wiwa y kamkuamos, divididos en los tres departamentos; Guajira ,Santa Marta y Cesar.
Y así podemos seguir nombrado grandes hallazgos de arte rupestre y petroglifos. Colombia es un país lleno de riqueza arqueológica que nos permite elaborar grandes investigaciones a cerca de diferentes temas relacionados con esta rama de la antropología.
Los petroglifos son grabados sobre la superficie de algunas piedras (del griego petros: piedra y grihphein: grabar). Estos grabados rupestres en bajo relieve fueron elaborados con instrumentos de mayor dureza o resistencia mediante técnicas de percusión, piqueteado, raspado con el fin de ahondar la superficie hasta obtener la figura deseada.
El arte rupestre prehispánico esta especialmente vinculado con el pensamiento y espíritu, evoca mitos de creación, ideas que recrean la relación entre el ser humano y los animales, el pensamiento del equilibrio biótico, cósmico y las solicitudes a los dioses.
También pueden constituir expresiones de migraciones o de mensajes cuyo contenido responde a las necesidades de pueblos pescadores, cazadores y agricultores.
Es de suponer que el signo o la forma se convirtió en símbolo de un lenguaje que se expresa aparentemente con figuras abstractas o naturalista capaces de transmitir movimientos, fuerzas, las cuales posiblemente reproducen imágenes del universo, lo positivo, lo negativo, la flora, la fauna, lo masculino, lo femenino, la tierra, el espacio, el fuego, el agua, el arte y la magia.
Las imágenes pintadas o grabadas corresponden a objetos o ideas las cuales a través del tiempo se modificaron hasta adquirir un carácter simbólico ligado a factores medioambientales religiosos y sociales. Tanto en las pictografías como en los petroglifos se plasmaron acontecimientos con el fin de remontarlos y transmitirlos a otras generaciones.
En la actualidad el sector de Mazinga que anteriormente estuvo habitado por indígenas Tairona y que solo quedan vestigio de su asentamiento, hoy en día es considerado como un sector de turismo alternativo ecológico.
Este sector está habitado actualmente por familias campesinas y hacendado que tiene su finca en el servicio de etnoturismo, la familia más antigua son los Palmas que cuenta que Mazinga era un pueblo habitado por indígenas y en la colonización fueron arraigados, obligándolos a abandonar sus tierras.
Podemos ver los petroglifos por todo el sector, caminos enlozados, terrazas y anillos de contención.
En Terán encontramos la Poza del Indio como es llamada en la región, allí podemos observar diferentes petroglifos como rana, jaguar, vasijas y figuras antropozomorfas relacionada con la cultura Mazingà. En el paso del mango encontramos caminos enlozados, terrazas y el cementerio de los antiguos habitantes.
Según los pobladores más antiguos comenta que Mazinga llego hacer un palenque y que se construyo la primera capilla, que solo quedan sus vestigios.
Marta Herrera en su texto cuenta que los Mazingà como una de las culturas desaparecida que solo quedan sus vestigios y petroglifos que cuenta su historia, en el libro de la floresta podemos observar de la importancia de los mazingà en la lucha con los españoles durante la colonización.
El antiguo colegio de la población era un resguardo español, era una casa grande construida en maloca, con cuatro habitaciones y un gran corredor, ahí, los españoles supervisaban las actividades de los esclavos indígenas. Como era la molida de la caña y otras actividades de fuerza.
Esta población debido al yugo español fue absorbida totalmente y en la actualidad son campesino que olvidaron su lengua y sus actividades ancestrales, hoy en día encontramos un grupo muy pequeño que habita a orilla del rio Mazinga cordillera con Jirocasaca y que de vez en cuando bajan a la ciudad.
En la andigua lugar sagrado por los indígenas que en la actualidad llegan hacer pagamentos también encontramos petroglifos relacionado con la cultura mazingà, para los indígenas actuales Mazinga fue un pueblo que estuvo subyugado a la colonia y que a diferencia de los bondigua o Bonda se volvieron campesino a salariados.
Esta población es habitada por una gran mayoría de pensionados y hacendados que han visto lo hermoso del sector y lo han llamado reserva arqueológica Masinga un paraíso para disfrutar.
BIBLIOGRAFIA.
Chaves Mendoza, Alvaro y Lucia de Francisco Zea. 1977. Los ijca copia 1.Bogota. Instituto Colombiano de Cultura.
Dolmatoff, Gerardo Reichel. 1947. Aspecto Económicos entre los Indios de la Sierra Nevada. Boletín de arqueología. Vol. II. Pág. 574-581.
Dolmatoff, Gerardo Reichel. 1954. Investigaciones Arqueológicas en la Sierra Nevada de Santa Marta. Museo del Oro Banco de la República. Boletín T-0283. Pág. 141-169
Manual de Arte Rupestre de Cundinamarca. (S.F). pág. 28.
Nullvalue. 1996. Parque Masinga, nueva vida en la Sierra Nevada. www.eltiempo.com pág. (1-2). Obtenida el día 10 de Junio 2011. Hora: 10: 40 A.M.
Goenaga, José Manuel. 1911. Colonización en la Sierra Nevada de Santa Marta. Museo del Oro Banco de la República. Boletín T-0281.
Sievers, Wilhelm. 1986. Los indígenas arhuacos en la Sierra Nevada de Santa Marta. Museo del oro Banco de la República. Boletín N 16. Pág. 25-29.
A VECES COMO ESTUDIANTES HACEMOS COSAS Y UNAS DE ESAS COSAS HA SIDO EL INTERES DE SABER DONDE VIVO Y QUIEN MAS? MAZINGA ES UN CITO MUY BONITO QUE HA SIDO OLVIDADO POR TODOS Y MEDINETE ESTE TRABAJO LO QUE QUIERO ES QUE LA GENTE LO CONOZCA .
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